Edgar Bacalao
"Rima azul en el crepúsculo", 2024
Acrílico sobre lienzo
100 x 100 cm
Pieza única
Sobre la colección DE AFIRMACIONES SE HIZO EL MUNDO. El mundo natural, con su rica diversidad de geografías, seres y paisajes, antecede al mundo humano. Este último, surgido y asentado...
Sobre la colección DE AFIRMACIONES SE HIZO EL MUNDO.
El mundo natural, con su rica diversidad de geografías, seres y paisajes, antecede al mundo humano. Este último, surgido y asentado en la naturaleza, construye y habita nuevas interpretaciones del cosmos que denominamos realidades. La naturaleza crea; la humanidad, contempla, recrea y se convierte en artista, trazando y volviendo a crear. Trazar es afirmar; y esta acción también forma parte de la esencia de la naturaleza.
Inspirado por la tradición de grandes maestros de la ilustración científica, como Maria Sibylla Merian y John James Audubon, Edgar Bacalao nos ofrece una perspectiva sobre las posibilidades de la realidad humana desde un enfoque natural, imbuido de una aura romántica y contemporánea. Su mirada cándida y su poética visual, cargada de humor a través de juegos de lenguaje entre imagen y texto, revelan una naturaleza barroca, nacida de un vitalismo que busca fecundar el campo visual en un frenesí de afirmaciones y líneas, en franca oposición a la neurosis del miedo al vacío.
De este dinámico juego surgen mundos posibles, narrativas materializadas por el arte: lo onírico, lo íntimo, lo metafísico, lo racional, lo absurdo, la fantasía y la concepción del tiempo. Estos múltiples intereses se convierten en un debate que asalta placidamente las escenas que nos presenta. Las telas de Bacalao son, en primera instancia, una suerte de denuncia: la belleza tensa y serena de una naturaleza en riesgo, un susurro de nostalgia anticipada por un mundo perdido o que se encuentra en vías de desaparición.
En segundo lugar, estas obras funcionan como el pretexto pictórico para partir del mundo y ser parte de él, para crear mundos a través de otros mundos, como si observaran la realidad desde la mente de un gorrión.
El mundo natural, con su rica diversidad de geografías, seres y paisajes, antecede al mundo humano. Este último, surgido y asentado en la naturaleza, construye y habita nuevas interpretaciones del cosmos que denominamos realidades. La naturaleza crea; la humanidad, contempla, recrea y se convierte en artista, trazando y volviendo a crear. Trazar es afirmar; y esta acción también forma parte de la esencia de la naturaleza.
Inspirado por la tradición de grandes maestros de la ilustración científica, como Maria Sibylla Merian y John James Audubon, Edgar Bacalao nos ofrece una perspectiva sobre las posibilidades de la realidad humana desde un enfoque natural, imbuido de una aura romántica y contemporánea. Su mirada cándida y su poética visual, cargada de humor a través de juegos de lenguaje entre imagen y texto, revelan una naturaleza barroca, nacida de un vitalismo que busca fecundar el campo visual en un frenesí de afirmaciones y líneas, en franca oposición a la neurosis del miedo al vacío.
De este dinámico juego surgen mundos posibles, narrativas materializadas por el arte: lo onírico, lo íntimo, lo metafísico, lo racional, lo absurdo, la fantasía y la concepción del tiempo. Estos múltiples intereses se convierten en un debate que asalta placidamente las escenas que nos presenta. Las telas de Bacalao son, en primera instancia, una suerte de denuncia: la belleza tensa y serena de una naturaleza en riesgo, un susurro de nostalgia anticipada por un mundo perdido o que se encuentra en vías de desaparición.
En segundo lugar, estas obras funcionan como el pretexto pictórico para partir del mundo y ser parte de él, para crear mundos a través de otros mundos, como si observaran la realidad desde la mente de un gorrión.
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